Como surgió todo

Supongo que mi historia no es diferente de la de muchos emprendedores, después de diversas experiencias laborales llegué a la conclusión de que me apetecía (y mucho) tener mi propio espacio, mi propio proyecto. Decantarme por la moda infantil supongo que fue algo natural, hay algo en la ropa para niños que inevitablemente transmite simpatía, ternura y felicidad, pero yo no lo encontraba en mi entorno, me costaba encontrar cosas que fuesen una buena idea para regalar a mis seres queridos. También me preocupaban y me siguen preocupando mucho cosas como ¿dónde se fabrican esas prendas? y ¿qué calidades se emplean para su confección?, el precio también me parecía fundamental, no por la dichosa coyuntura socioeconómica a la que todo el mundo se refiere en los últimos años, sencillamente me parece inmoral gastarse un dineral en ropa, eso no da la felicidad y quien lo crea debería hacérselo ver. Un niño no necesita ropa carísima, necesita prendas de calidad sobre su piel y un entorno saludable en el que crecer.
Han sido muchos meses de búsqueda, cuando tienes una idea tan clara de lo que quieres, a veces cuesta dar con cosas que encajen,  pero por suerte, poco a poco han ido apareciendo en el camino personas que entienden la vida de una manera similar a mí y que hacen cositas muy chulas.
Estoy especialmente agradecida a Inés (Hey Juddy) por haber entendido tan bien lo que yo quería a la hora de desarrollar un logo, una imagen de marca, no hicieron falta casi modificaciones porque me enamoré desde el primer momento de mi Petit monstre con su panzota de bebé y su pijama de rallas, estoy muy orgullosa de él, creo que es fantástico, pero claro, una madre no puede ser objetiva, ¡jajaja!. También a Raquel de "Le Marché de Rachel", ya que sin ella no habría encontrado la ubicación física de Mon petit y he de decir que ...¡tengo la ofi más bonita del mundo mundial!, aunque claro, tampoco puedo ser objetiva...eso me lo iréis diciendo los que os vayáis pasando de visita.